Un anciano y un joven viajaban con un asno. Al llegar a una aldea iban caminando al lado del animal y los niños rieron al verlos pasar: “Mirad a esos tontos, tienen un asno robusto y van los dos andando. ¡Al menos el anciano podría subirse a él!.”
Al escuchar a los niños, el anciano y el muchacho pensaron que debían seguir el consejo, pues pronto llegarían a otra aldea y no querían que la gente se riera de ellos. Así pues, el viejo se montó en el burro y el joven continuó andando.
Al entrar en el segundo pueblo un grupo dijo: “¡Mirad! El anciano montado en el burro y el pobre muchacho caminando”. Pensaron que lo mejor era cambiar las posiciones antes de entrar en la tercera aldea. Fue allí cuando un par de mujeres les criticaron de nuevo: “¡Vaya muchacho más arrogante! Quizás el anciano es su padre o su maestro y va caminando, mientras él, a quien le sobran las fuerzas, va cómodamente sentado.”
El joven y el anciano se miraron de nuevo confundidos. ¿Qué podían hacer? Al final decidieron montarse ambos en el burro.
Era día de mercado y los comentarios se sucedían a su paso: “¡Mirad que gente tan cruel! El pobre burro está casi muerto por soportar tanto peso, ¡mejor harían cargándolo ellos sobre sus hombros!.”
Discutieron otra vez y optaron por llevar el burro a cuestas, pues de otra manera pensaban que la gente les llamaría tontos. Cortaron un tronco largo y flexible, ataron al burro de las patas y lo colgaron del tronco, que llevaban entre ambos. El pobre animal trató de escapar, pero el anciano y el muchacho no pararon hasta conseguir transportar al burro de esa forma. Fue cuando estaban cruzando un puente cuando una multitud se reunió a su alrededor: “¡Vaya par de estúpidos! ¡En vez de montar el burro lo llevan a cuestas!”.
El burro, con tanto alboroto, se puso tan inquieto que saltó y cayó al río, muriendo al instante.
Cada uno de nosotros ve el mundo de una forma diferente, todos tomamos decisiones y hacemos las cosas desde el punto de vista que mejor nos parece o que no han aconsejado, pero recuerda que Dios es quien tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros, cada vez que no sepas que pensar sobre alguna situación pide la dirección de Dios para saber como debes de actuar. "Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; Y su entendimiento es infinito" Salmos 147:5
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